Fin del culebrón. Álvaro Morata, al Chelsea. Traspaso récord de futbolista español, 80 Millones, según dicen, más variables. Un dineral. El octavo fichaje más caro de la historia.
Morata, con este traspaso al Chelsea, en cierto modo confirma la inestabilidad, al menos de su llamado entorno. En las últimas tres temporadas vistió la camiseta del Real Madrid, luego dos años en la Juventus, de nuevo el Madrid y ahora a Stamford Bridge. Cuatro cambios en apenas Cuatro años.
Obviamente, Álvaro Morata se quería ir este verano. Y, aparentemente, le daba exactamente igual a dónde ir. Fuera del Madrid y punto. No iba en busca de un proyecto en concreto. Hace apenas dos semanas, y esta información fue ratificada por José Mourinho, estuvo a punto de recalar en Old Trafford. Parece ser que el Madrid en cierto modo le hizo un De Gea –más elegante que el original– al ManU y estos se apresuraron en firmar a Romelu Lukaku por un potosí. Hace apenas tres días, el Director Técnico del AC Milan aparecía en la portada de “La Gazzetta dello Sport” diciendo que iban a por él descaradamente, con un ofertón y con el anzuelo de poder liderar el proyecto post-Berlusconi, con dinero chino a espuertas, además de poder vivir en la capital de la moda, Milán, lo cual era indudablemente un enorme atractivo para su recién estrenada esposa italiana –y modelo– Alice. Y ahora firma por el equipo de Abramovich. En dos semanas, tres clubes, todos ellos importantes, pero con presentes y proyectos bien diferentes.
Espero que Álvaro, jugador al que sinceramente aprecio, no nos venga en los próximos días a contar las milongas habituales de que le fascinó el proyecto o que el Chelsea era su equipo desde los tiempos de Zola, de Drogba o de Lampard. O por su buena relación con Antonio Conte. Por cierto, abro paréntesis, cierta prensa habla de la gran relación que se forjó entre Conte y Morata en la Juventus. Curiosamente, en las dos temporadas de Álvaro en la Juve, Antonio Conte dirigía a la “Squadra Azzurra”, no a los turineses. Massimiliano Allegri fue su entrenador aquellos dos años.
Antonio Conte no entrenó a Álvaro Morata en la Juventus
Morata quería irse del Madrid hacía ya tiempo. Es justo resaltar que de su propia boca yo nunca he escuchado ni una sola mala palabra contra el club ni quejándose en exceso por su condición de suplente. También es lícito querer jugar la mayor cantidad de partidos y de minutos posibles, eso es lo que se le pide a un profesional. Pero no es menos cierto que su famoso entorno venía incordiando desde hacía unos meses, con mensajes filtrados a medios afines. Alfonso Morata, padre de Álvaro, fue Director Comercial de la Cadena SER y de la COPE, y cuenta con muy buenas relaciones en los medios periodísticos madrileños. La víspera de la final de Cardiff dejó entrever en los micrófonos de COPE que el ManU estaba muy interesado en fichar a su hijo. ¡La víspera de la final de Champions League, insisto! Su representante, el ex rojiblanco y notable leñero en su época, Juanma López, ha visitado este año las oficinas de Padre Damián más veces que en su momento Papá Özil o que Jorge Mendes cuando quería vender al fideo Di María al United. Por cierto, parece ser que Mesut y Angelito se arrepienten cada día de haber abandonado el Bernabéu en mala hora…
Independientemente de la calidad y de las virtudes futbolísticas de Morata, es de ley decir que siempre que saltaba al terreno de juego con la camiseta del Real Madrid lo daba absolutamente todo. Muy Raulesco en ese sentido. Para mí, un desatascador ideal en los últimos 20-30 minutos de partidos espesos contra defensas cerradas. Esta pasada temporada destaco su gol de cabeza milagrero en Copa de Europa ante el Sporting de Portugal y el que le marcó al Villarreal en La Cerámica en “la noche de las bolsas de pins” con Gil Manzano de coleccionista de bolis y llaveros. De los cuatro títulos conseguidos, un porcentaje se lo debemos a Morata, indudablemente, con sus 43 partidos jugados, con 20 goles logrados y 6 asistencias. Siempre me pareció más peligroso penetrando por la izquierda –por ahí marcó infinidad de goles en las categorías inferiores de la Selección y en el Castilla– que de nueve puro. Virtudes para el remate de cabeza le sobran, aunque a veces es algo ineficaz en los remates con el pie. Fuerte y corpulento, aunque algo lento. En la Selección absoluta, hasta ahora, le ha pasado como con el Madrid, no se ha hecho con la titularidad, pese a que su principal competidor es Diego Costa.
Sus declaraciones de hace unas horas son francamente bizarras, aunque no sorprendentes: “Ha sido un verano un poco extraño para mí. Han pasado muchas cosas. Al final, si Dios quiere, mañana estaré en un club que desde hace unos años me ha querido (vuelvo a recordar que faltó menos de una brizna de césped cortada por Xavi Hernández para que a estas horas fuese jugador del United), con un míster con el que he hablado constantemente, así que estoy muy contento. Me he estado entrenando a tope por lo que pudiera pasar, pero estaba claro que mi objetivo era éste (o el AC Milan, o el ManU, o volver a la Juve…) . Me da pena irme del Madrid, pero espero que todo me vaya bien en el Chelsea.” “Ya no creo que pueda volver al Madrid”.
A ver, Álvaro. En los apenas 95 partidos oficiales que has jugado en el Real Madrid, con 31 goles anotados y 13 asistencias, has conseguido levantar, junto a tus compañeros, 2 Ligas, 2 Copas del Rey, 1 Supercopa de España, 1 Supercopa de Europa y 1 Mundial de Clubes. Y 2 Copas de Europa. Dos. Y en ambas finales, jugaste. Unos 45 minutos en Lisboa y 5 en Cardiff. En Cardiff poco, eso sí. Pero jugaste. Cosa que no hicieron otros, como Nacho o como Kovacic. O como James o Lucas, que ni siquiera estuvieron en el banquillo. Pues bien, aún recuerdo perfectamente, cuando sustituiste a Toni Kroos en el Millennium en 88’, la cara de pena/tristeza/amargura con la que saltaste al terreno de juego, que contrastaba con las de los miles de madridistas que estábamos allí de espectadores, y ya no digo cómo contrastaba con la maravillosa euforia teutónica del gran Toni. Ya sabías que te querías ir del Madrid.
Unos días antes, justo tras conseguir el título de liga en Málaga, vi a Morata –muy de cerca– en un evento benéfico y ya transmitía esa pesadumbre/infelicidad/aflicción/depresión. Todos sabíamos que se quería ir. Me imagino que Zidane también lo sabía con creces y, aún así, para que viera que sí se le apreciaba y se le tenía en cuenta, porque su papel en el equipo había sido el adecuado (para los aficionados, obviamente no para el interesado) durante la campaña, le convocó para la final y le hizo jugar unos minutos. Podía haber premiado a otro, porque en el minuto 88 ya estaba ganada la Copa, pero le quiso premiar a él. No sé si eso lo ha tenido en cuenta estos días “tan extraños”. Morata ha jugado y ganado dos finales de UEFA Champions League, a saber cuándo ganará alguna con el Chelsea. Es difícil ganarla, Álvaro; te recuerdo que jugaste una con la Juve (marcando un gol y todo) contra el Barcelona y la perdiste. Pero con el Madrid, estos partidos –toco madera de alcornoque– se ganan, no se juegan.
No soy un nostálgico de jugadores. Morata ha elegido irse. Sufría en el Madrid. Sufría porque no jugaba los partidos importantes. Sufría porque Zidane –con buen criterio y a su intachable palmarés como entrenador del primer equipo me remito– siempre elegía en los grandes partidos a Karim Benzema y no a él. Sufría porque su entorno le decía que él, Álvaro Morata, merecía más protagonismo, más titularidades, más presencia en el equipo. Sufría, también, porque el Mundial de Rusia –ay, las selecciones– corría peligro, al menos como ariete titular. En el Chelsea tendrá esos minutos, sobre todo si –como todo parece indicar– Diego Costa deja el equipo londinense este verano. Y, sobre todo, tendrá más dinero, muchísimo más dinero que el que le pagaba el Madrid. Y es que, en un deporte súper-mega-profesionalizado como el fútbol, se habla tantas veces de cambiar de equipo “por el proyecto” o “por sentirse valorado y querido” y pocas veces se menciona de que uno de los factores más determinantes siempre es el aspecto económico. Y Morata, hay que decirlo negro sobre blanco, va a ganar más del doble de dinero en el Chelsea. En eso hay que destacar que la gestión de Juanma López y de Alfonso Morata ha sido impecable.
Álvaro Morata va a ganar más del doble de dinero en el Chelsea
Sin rencores, Álvaro Morata. Que te vaya bien. Podías haber elegido el camino de tu amigo Nacho Fernández, que, jugando poco, lleva ya 118 partidos con el Madrid. Y es convocado habitualmente con la Selección, pese a no ser titular. Y que se siente querido y valorado en su rol.
Ahora recuerdo el magnífico programa de “Campo de Estrellas” dedicado a Morata, me pareció Álvaro un chaval estupendo, madridista, con grandes sentimientos. En el programa, él quería cumplir su sueño, que era triunfar en el Madrid. Lo tenía todo en la mano, podía haber formado parte de la plantilla, con protagonismo, durante muchas temporadas. Quizás, finalmente, el sueño que decía que tenía no era finalmente su verdadero sueño.
Suerte, Morata. Estuviste mucho tiempo dentro del Madrid, lo diste todo sin duda. Pero el Madrid, por desgracia, no estuvo mucho tiempo dentro de ti.
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