Le metí dinero al 2-0 del Atlético de Madrid pensando que iba a quedarme corto y que lo mismo me tocaba cerrar apuesta a falta de media hora. Luego leí a Diego Torres decir que el Atleti, como grande que es, maneja los partidos a su antojo. Fue entonces cuando pensé que los de Simeone eran capaces de engañar a todos durante 85 minutos y luego meter dos goles para que yo me llevase la pasta. Pues al final prórroga y penaltis. Sin dolor. No hubo anestesia. Yo perdí el dinero y el equipo del pueblo cocinó una gesta que se recordará durante años. Quieras que no, han eliminado a un equipo que tiene más Copas de Europa que ellos.
Hoy amanecí en paz porque vi que la prensa española estaba feliz. Habíamos asistido a la hazaña más grande desde el gol de Iniesta en Sudáfrica. Jan Oblak paró los mismos penaltis que yo, pero no pasó nada porque Juanfran, colchonero de nacimiento, marcó el tanto decisivo. El Calderón estalló como si hubieran ganado y los periodistas cercanos a la orilla del Manzanares describieron lo ocurrido como algo memorable. Y tienen razón. Es memorable no meterle un gol al PSV en 210 minutos.
Los del “molestamos” convirtieron a Andrés Guardado en el mejor centrocampista de la historia del fútbol. Poco se hablará que el mexicano, intruso en esa posición, se merendó a Augusto, Saúl, Koke y Gabi, el póker de mediocentros que usó Simeone para que su Atleti fuera rocoso. No sé si rocoso, pero insoportable fue un rato. Yo llegué a leer que el Atlético mandaba en el partido tras un remate del PSV al palo. Estos empiezan mandando en un encuentro de 0-0 y acaban haciéndolo en la capital por ganar algunos derbis tras años de sequía. Y lo que te rondaré, morena.
La gesta fue tal que incluso se pasó por encima el hecho de que Simeone quitase un mediocentro por un atacante (Augusto-Torres) para, minutos después, quitar un atacante por un mediocentro (Carrasco-Karanevitter). El ‘Cholo’ es como una madre: haga lo que haga, nunca se equivoca. Nadie le preguntó sobre ello y nadie puso en duda su planteamiento. ¿Para qué? ¿Para que nos empañe aquello de la gesta y lo histórico de una noche extraordinaria? No jodas. Si hasta fue decisivo en la tanda de penaltis, que lo dijo Susana Guasch.
Así todo, la Roma era una banda, el PSV era en realidad el Bayern Munich y la clave del Atlético de Madrid es que son una familia en la que van todos a una. Menos Jackson Martínez, al que mandaron a China.
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