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I want you for the white army

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Llevamos semanas metidos en una Crisis Apocalíptica. Nada nuevo para este equipo. Si hacemos caso de lo que se dice en la prensa y en la calle, nuestra crisis es eterna. En el Madrid hay crisis incluso cuando ganamos títulos. Y es de esto de lo que yo quiero hablar. No de la crisis en sí, sino de la percepción del club por parte de nuestros aficionados y lo que ello provoca.

He leído muchos artículos y comentarios tras la derrota del Madrid contra el Barça. No en los medios generalistas. Hace tiempo que intento cuidar mi precaria salud mental. También, como ciudadano de a pie, escucho lo que se comenta en la calle. Durante este tiempo se me venía a la cabeza una parte muy conocida de un discurso de J.F.K  que dice “…no os preguntéis qué puede hacer vuestro país por vosotros. Preguntaos qué podéis hacer vosotros por vuestro país…”. Me gustaría que sustituyéramos el término país por Real Madrid. Sí, ya sé que muchos estáis pensando “ya hago bastante”. Y puede que tengáis razón. Unos pagan su cuota de socio y su abono. Otros contratan las plataformas televisivas para ver los partidos. Los hay que se curran las redes sociales para intentar defender al Club. Hay quien hacen podcasts dedicados al Madrid. Los que compran productos oficiales…. Total, que pareciera que debía de ser suficiente. Pues, escuchadme bien: ¡NO!.

Estamos inmersos en una Guerra. No es una guerra en el concepto literal, pero, sí en el literario. Hace mucho tiempo ya que LA OPINIÓN PUBLICADA declaró al Madrid como representación de todo lo malo que hay en el fútbol y, si me apuráis, diré que hasta de todo lo malo que hay en el deporte y en la  vida. ¿Por qué? No me queda muy claro. Supongo que las razones serán tan variadas como los actores que intervienen en ello y que algunos ni siquiera lo sabrían explicar. Pero lo que es innegable es que desde hace muchos años se ha ido erosionando la imagen del club de Concha Espina.

Como comenté en una artículo de Juanma Rodríguez, a pesar de lo desagradable que pueda parecer, Goebbels tenía razón cuando sentenció “ una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad”. Y los medios de comunicación lo saben. Podría poner mil ejemplos que demuestran la veracidad de esta frase pero me basta con decir que, todo esto, se apoya en un principio universal que yo llamaría el Principio House, en honor al célebre personaje de televisión. Este principio sería: LA GENTE CREE LO QUE QUIERE CREER. TODO EL MUNDO MIENTE, TODO EL MUNDO DISFRUTA CON LA CAÍDA DE LOS PODEROSOS. De esta forma el prestigio del Madrid ha ido cayendo en picado. Porque la base de toda propaganda es tener claro el objetivo, ser constante y apelar a los instintos y no a las razones.

uncle sam

¿Cómo se ha hecho esto? Pues, a pesar de que no ha habido una reunión ultra secreta de editores confabulándose, sí que ha habido una percepción de qué es lo que más vende. Dicen que son las victorias y las buenas noticias. Pero saben (o piensan) que lo que en realidad vende es la BASURA. A la mayoría de los ciudadanos les gusta escuchar, leer o ver qué mal le va al prójimo. Quizás porque de esa manera nos consolamos de nuestras miserias que parecerían menores. Otros dos principios básicos del pensamiento humano son la falta de memoria y cualquier tiempo  pasado fue mejor. Con estas dos premisas tan básicas se crea un MITO. Y eso es lo que han utilizado, el mito, para desde la injusta comparación de con la realidad atacar al Madrid. Nos han ido repitiendo que el Madrid Mitológico, permitidme llamarlo así, ganaba siempre y Bernabeu y/o Di Stefano nunca se equivocaban. Y, eso no sólo es imposible, es una GRAN MENTIRA. Que yo sepa, en el Madrid ha habido épocas mejores y peores, errores leves y graves, desastres pequeños y grandes, hemos ganado y perdido finales… En resumen, hemos sido los mejores pero no INFALIBLES. Es algo lógico. Es una gran institución compuesta por seres humanos. Lo realmente grave es que tras todos estos años de mensajes unívocos, la percepción maniquea y simplista de “Real Madrid = Malo/Prepotente”, ha calado incluso entre nuestros aficionados. Y esto es lo que, a mi juicio, está destrozando el Madrid.

La Historia nos ha enseñado que los grandes imperios se derrumban desde dentro. Por muy terribles que sean sus enemigos, sólo a través de su decadencia son destruidos. En el caso del Real Madrid, ahí es donde han encontrado la grieta. Nuestros aficionados son los que han dotado del poder suficiente a los medios para echar entrenadores, jugadores y presidentes. Dando credibilidad a absurdas teorías, en muchos casos contradictorias, o a informaciones absurdas, basadas en rumores o en interpretaciones o en lo que creen que piensan o en lo que dicen que les han dicho que alguien dijo que sucede. Aceptando que la doble vara de medir es buena para el Madrid. Que el Madrid no puede actuar en defensa propia porque es de equipo pequeño. No puede protestar cuando le perjudican porque atenta contra una falsa interpretación del  tan manoseado SEÑORÍO. Creyendo la milonga de que el socio del Madrid es sabio cuando pita a objetivos convenientemente fijados por los medios o es injusto cuando lo hace hacía los amiguitos de los mismos medios. Con todo ello y con otros factores más se ha creado un tipo de aficionado madridista que me recuerda a lo que aprendí de una de las características de la Generación del 98, surgida tras la pérdida de las últimas colonias: despreciaban o infravaloraban todo lo que sonara a español. Este aficionado madridista se parece a esos amantes que cuando maltratan a sus parejas o las vejan dicen que lo hacen porque las quieren mucho. Tan es así que a veces creo que son antimadridistas.

Las soluciones deportivas no me competen. Ya hay profesionales que deben dar con la tecla. Lo que sí pido, ruego o imploro es un cambio en la actitud de los aficionados. Antes de creer las informaciones o las opiniones no dejemos que nos dominen los instintos. Reflexionemos, comparemos situaciones. No olvidemos que el fallo es algo natural en el ser humano. Tengamos claro que la información viene del ENEMIGO. Frente a ellos lo mejor es hacer frente común. Cuando nos hablen de Exigencia, tengámosla pero no exenta de Comprensión. Cuando nos hablen de Señorío, sepamos que ellos no saben de lo que hablan: porque Señorío no es poner el otro carrillo. Es no rendirse, es ser generoso con otros equipos, es no estigmatizar a otros clubes, es esfuerzo y es UNIÓN. Porque es desde ahí desde donde se puede hacer frente a este poderoso enemigo. Desde la unión contra ellos. Se lo ponemos muy fácil, les hacemos el trabajo sucio y están esperando a que caigamos como fruta madura. No hablo de ser acrítico. Hablo de que las críticas deben de tener una base clara y un objetivo fundamental. El de corregir los verdaderos fallos. Tenedlo claro, ellos, los Otros, SÓLO PERSIGUEN NUESTRO MAL.

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