Y van seis. El Real Madrid acaba de levantar su tercer Mundialito de clubes y por sexta vez, contando con la Copa Intercontinental, se proclama como el mejor conjunto del planeta.
Los pioneros fueron por supuesto aquellas leyendas de los años 50 que construyeron la institución futbolística más importante del siglo XX. Los Santamaría, Zárraga, Gento, Puskas y Di Stéfano con Miguel Muñoz en el banquillo. Pero, si hubo un héroe en aquel primer triunfo del Madrid como Campeón del Mundo, éste fue Chus Herrera.
El Real Madrid se midió a Peñarol que contaba con un plantel extraordinario. En la ida en Montevideo se empató a cero, en la vuelta el equipo blanco borró a los carboneros del campo con un formidable 5-1 en el Santiago Bernabéu. Chus Herrera, hijo de Herrerita, un gran jugador del Oviedo en los años 30, completó su primera gran actuación con merengue que coronaría con un gol ante Maidana. Pocos años más tarde, una terrible enfermedad se lo llevó y nos privó de un jugador que habría marcado una época.
Más tarde fue Raúl y su ‘aguanís’ en la Intercontinental del 98 ante Vasco de Gama. En el 2002 le tocó el turno a los ‘Galácticos’ con una sinfonía coral frente a los paraguayos de Olimpia de Asunción con Ronaldo y Guti como goleadores. Y, con el cambio de formato a un Mundial de clubes, los trofeos siguen cayendo.
En ello un futbolista croata, infravalorado por mucha gente y cuyo fichaje fue tildado de innecesario, ha tenido un papel preponderante: Luka Modric. No es descabellado ya cuando se le valora como uno de los mejores centrocampistas que ha tenido el Real Madrid en su historia (la lista de nombres ilustres es larga), sino que hay que contar con que es uno de los futbolistas más destacados que han vestido la elástica merengue en sus 115 años.
Bajo su batuta se ha completado otra época hegemónica blanca en el fútbol europeo y mundial que aún sigue abierta. Tres Mundialitos en cuatro años después de dejar en el camino a un duro y agresivo San Lorenzo de Almagro, a los correosos japoneses del Kashima Antlers en la prórroga y al ordenado y defensivo Gremio de Porto Alegre. No hay un premio más merecido que constate esta época triunfal del Real Madrid que la elección como mejor jugador del torneo del genio balcánico.
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