Parece confirmado lo que ya apuntaban periodistas y/o insiders y Dani Ceballos ha fichado por el Real Madrid. Es una magnífica noticia porque es un gran proyecto de jugador (en línea con la política a futuro que se viene desarrollando en Concha Espina), y constituye además una novedad cuyo proceso de gestación ha sido sumamente interesante como muestra del pulso entre los dos clubes antagónicos del fútbol español.
Aunque (a diferencia de lo que habría pasado al contrario) nadie en Madrid indicará por ello el camino a Cibeles, lo cierto es que el Madrid ha ganado ese pulso pese a las gestiones directamente llevadas a cabo por Bartoméu. El inefable líder culé ha querido jugar a ser el Florentino más esencialmente cazagalácticos mediando personalmente en el intento. No ha funcionado. No es lo mismo si se interesa por ti el Madrid que si lo hace el Barça. Si se interesa por ti de modo directo Bartoméu, por oposición a hacerlo Florentino, es menos lo mismo todavía.
El Barça quería a Ceballos (como queria a Verrati y también ha fracasado) porque necesita imperiosamente recuperar la excelencia en el medio campo que procuró a su equipo merecido prestigio en la época del guardiolismo. El Madrid, en cambio, quería a Ceballos pero no lo necesitaba: un repaso a la nómina de mediocampistas que atesoran ahora mismo los vikingos resulta como prueba suficientemente elocuente. Por ello me parece que Ceballos ha tomado una decisión que pone en evidencia un sesgo personal muy claro. En otras palabras, hay mucho madridismo en la decisión de Ceballos, que ha rehusado la vía fácil. Ha optado por la opción que le apasionaba frente a la que le auguraba un protagonismo más claro. Lo va a tener más difícil en el Madrid y pese a ello se ha decantado por los blancos: solo se me ocurre como explicación que se siente más cerca de esos colores (y de la esforzada gloria que sugieren). Ha optado por ser valiente, como Borges recomendaba hacer siempre en caso de duda. Siempre gusta dar la bienvenida a un nuevo jugador. Más aún agrada hacerlo cuando se percibe en el interesado tanta determinación por llegar donde ahora arriba.
Decíamos que Dani no lo tendrá fácil en el Madrid y explicarlo produce algún rubor por lo evidente de la aseveración. Modric. Isco. Kroos. Kovacic. Asensio. (Todavía) James. La sensación es que el Madrid está haciendo las cosas tan sensatamente que ya cuenta con el sucesor de Modric (Isco) y con el sucesor del sucesor de Modric (Ceballos), sin que ello sea óbice para que las tres generaciones cohabiten durante un tiempo como ya en la delantera han cohabitado con éxito Cristiano y su sucesor (Bale). En la carrera de sucesión a Modric, el ya ex-bético guarda mayor similitud que Kovacic, un estimable centrocampista de gran recorrido y conducción de balón que no tiene en cambio el pase y la visión de juego de su compatriota. Con Ceballos se afianza y accede a nuevos argumentos el Madrid de los centrocampistas en un contexto de envidiable presente y prometedor futuro para el equipo.
La entrada Llega Ceballos: se afianza el Madrid de los centrocampistas aparece primero en La Galerna.