Hace casi un año escribí para La Galerna un modesto articulillo de opinión titulado “Once razones para querer a Gareth”. Dentro de mis modestas posibilidades mi última intención, con dicho artículo, era arrimar al bando garethbalista a los dudosos. Creo que he fracasado con gran éxito. Pero no desisto en el empeño. Hoy lo enfocaré desde otro punto de vista: la (para mí) sinrazón de los que le quieren perder de vista.
Como se me amontonan los argumentos, para evitar liarme yo y a todos ustedes, procedo a sistematizar el tema. En primer lugar, se hace necesario identificar a los autores de la tropelía e ir analizando los motivos. ¿Quiénes quieren largar/fumigar/vender/exiliar a Gareth Bale? Tres grandes grupos: la amplísima mayoría del dizque periodismo dizque deportivo dizque español, los rivales del Madrid y, en tercer lugar, un número creciente de aficionados madridistas (lo que, mayormente, se conoce como piperío) y aficionados antimadridistas (curiosamente los mismos que palmotean con las orejas ante la posibilidad de la marcha de la otra gran figura del Madrid, Cristiano Ronaldo). Curiosa coincidencia, esta última, entre madridistas y antimadridistas, aunque no la única. En la figura de cierto portero también solían coincidir.
Veamos qué se esconde dentro del primer grupo de este heterogéneo ejército. En todo lo alto de la pirámide nos encontramos con el Universo Marca. Reconozco que el caso Gareth Bale me tiene asombrado y perplejo casi desde el mismo momento en el que asomó por la T4. Justo desde el mismo instante en el que apareció, con esa cara de guiri dispuesto a ponerse como un cangrejo en cualquier playa, comenzó su caza. No lo entendí en su momento. Ahora sí lo entiendo, claro. Fue recibido a portagayola con un infame artículo (acompañado de una portada aún más infame) del Marca en el que se saltaron todas las reglas escritas, no escritas y por escribir de la buena praxis periodística. Han pasado casi cuatro años, ha habido cambio de director, pero sigue sin haber reconocimiento del error ni, muchos menos, petición de perdón. Ni una coma han movido, oigan. Los motivos del Universo Marca, para desear que Bale salga de naja de España, son evidentes. Cada vez que el muchacho galés salta al césped de cualquier estadio es un retortijón, una punzada en el hígado, una patada en la entrepierna. Ni les cuento cómo ha supurado esa herida cuando el galés se ha hecho protagonista en varios partidos importantes (bastantes más partidos de los que nos venden). Y ahí siguen. Al frente de la radio del Universo está Eduardo García, el mismo que, en la retrasmisión de un Real Madrid-Elche, mandó al galés al terapeuta. Mala suerte para Edu. Medio minuto después del desafortunado comentario, un misil tierra-aire del galés levantó a todo el Bernabéu de sus asientos.
Le quieren fuera de España por no tener una hernia. Inquina de mediocre y de absoluta falta de visión. En lugar de recapacitar, pedir perdón e invitar al galés a pasar un día en la redacción del Marca (se me ocurre) y hacerle un publirreportaje de doce páginas y a todo color, no han parado. Ni desde el periódico, a través de algunos de sus famosos columnistas (quién no recuerda a Roberto Palomar, el mismo que acusó a Mourinho de atropellar viandantes y darse a la fuga, afirmar que Jesé era mejor que Bale), ni desde su decadente emisora de radio atestada de perioantimadridistas, desde la recepción hasta la azotea.
Le quieren fuera de España por no tener una hernia.
¿Y el resto de medios, por qué sienten ese odio sarraceno hacia este jugador? Desde que llegó siempre me he preguntado por los motivos de esa inquina, casi visceral, hacia al futbolista de élite menos odiable de todos los que campean por esos campos de Dios. No muerde a los rivales, no simula penaltis, no es un bocachanclas hablando de hilos, no le han hormonado (que se sepa), tampoco sabemos si piensa de sí mismo que es muy guapo y millonario, no escupe a los rivales y tampoco es de los que reparte estopa. Dentro del campo solo se le conoce el desliz de Las Palmas, si es que tal hecho pudiera considerarse un desliz. Tampoco sabemos si cae en profundos estados de melancolía, tristeza y depresión. De lo que sí tenemos certeza, si tal fuera el caso, es que ha preferido guardárselo para sí mismo y su entorno. Tampoco ha demostrado un irrefrenable deseo de darse el piro, a pesar de tener frente a sí a todo un ejército de tertulianos, opinadores y expertos en la materia que, desde que llegó, han intentado hacerle la vida imposible, valiéndose para ello de cierta influencia (menos de la que les gustaría) en parte de la grada del Bernabéu.
¿Hay motivos objetivos para tal repulsión hacia este muchacho? Yo diría que pocos o ninguno. Entonces, ¿qué se esconde detrás de esa irracional inquina? Ustedes lo saben tan bien como yo. Está el As de la Ouija, con Supercroqueta a los mandos. Obsesionados con Florentino Pérez. Está la patulea de medios afines al régimenculenacionalista, más obsesionados, si cabe, con Florentino Pérez (recuerden los hilos y las manos negras, blancas o al tresbolillo). Está la Cope, a cuyas ubres se amamantan ciudadanos como D. Lama o D. Brotons, odiadores a tiempo completo de Florentino. Está la Cadena Ser, lugar en el que cohabitan D. Carreño (¿recuerdan aquella entrevista?) o D. Pulido. Está Onda Cero, lugar desde el que imparte doctrina el gran gurú, D. Segurola (no hará falta que les retrotraiga a su reciente artículo publicado en La Vanguardia).
Bale es el último gran fichaje del presidente con todas las letras. Ni siquiera el de James se le acerca. El último gran fichaje, gracias a su enorme repercusión por venir de la Premier, por ser su imagen, por su coste y por el larguísimo proceso de negociación que llevó ficharle. Vender a Bale es un “darle patadas al presidente en el culo de Gareth” de manual. En ello están, porque venderle supondría, en estos días de vino y rosas (para nosotros) y de zozobra (para ellos), obtener munición extra inesperadamente. No cuesta ningún trabajo imaginarse el editorial posventa de Supercroqueta sobre la nefasta, megalómana y fallida política de fichajes del caprichoso Florentino que le llevaron a un fichaje innecesario y que ha acabado con la marcha atrás. Imaginen esas tertulias nocturnas, esas columnas de opinión, esos sesudos análisis…y todo ello por carecer de director deportivo, que ya nos conocemos. Criticaron su fichaje y criticarían su venta, fuera al precio al que fuera. Un gana&gana de manual. Quieren su venta para seguir echando mierda encima del Presidente y del club. Y hay quien no parece haberse enterado.
Naturalmente, aunque todos sepamos de qué va la vaina, el verdadero motivo (cargarse al presidente) que se esconde detrás de este deseo de fumigación del galés, no puede ser reconocido, ni expresa ni tácitamente. Así pues, se trata de argumentar otros motivos y que piquen los incautos, ingenuos e inocentes. Pasen, vean y díganme si les suena o no: se lesiona mucho, ni se adapta ni se integra, no sabe hablar español, es individualista, tapa la progresión de otros jóvenes jugadores y no defiende. Motivos asumidos y asimilados por esa extraña parte del madridismo que sigue creyendo que el As de la Ouija es su periódico de cabecera.
Sé que toda generalización conlleva injusticias. Vale. Le voy a echar buena voluntad al asunto y voy a conjeturar que, dentro de la ONG “Vendamos al soldado Bale” hay periodistas que, al margen del perioantiflorentinismo, piensan, honradamente y de buena fe, que es mejor para el futuro del Madrid la venta del jugador galés, por alguno de los motivos apuntados en el párrafo anterior. Tic tac, tic tac…tic tac…Venga, vale. Llevo un buen rato pensando en nombres que se ajusten a este perfil. No me sale ninguno pero da igual. Demos por hecho que haberlos, haylos. Así pues, hay juicios de expertos, hay especialistas y hay maldinis que opinan honestamente que hay que vender a Bale. Al loro señores, hablamos del siguiente juicio experto: De las Cuevas y Modric, Botía y Varane, Beñat y Modric, Cazorla y Modric, más Modric y Song, Zidane pasaba por allí, Jesé mejor que Bale, Montoya lateral de la selección, Gago el nuevo Guardiola, Beckenbauer un jeta, Schweinsteiger un paquete, Bale no sabe jugar al fútbol…Y ahora yo les planteo la siguiente hipotética situación: acaban de escuchar a un paisano periodista afirmar que prefiere a De las Cuevas antes que a Modric; sin solución de continuidad, ese mismo paisano, experto en la materia, les aconseja la venta de Bale. La pregunta es: ¿se fiarían de ese juicio experto? De fiarse, la otra pregunta es: ¿bajo los efluvios de qué bebida espirituosa?
Un periodista prefiere a De las Cuevas antes que a Modric; sin solución de continuidad, aconseja la venta de Bale. La pregunta es: ¿se fiarían de ese juicio experto?
Vayamos con el segundo grupo pro-venta de Bale. Los rivales del Madrid. Los más lógicos. A pesar de haberse lesionado más veces de lo que nos hubiera gustado, la imagen de jugador/ganador de finales no hay quien se la quite. Los rivales del Madrid lo saben. En forma y sano es un jugador temible. Y eso también lo saben los rivales. En forma y sano jugó el último tercio de la liga anterior y el primer tercio de la recientemente acabada. En ambos períodos fue el mejor jugador del Madrid. Y recordemos que fue esencial para dejar reducida a un punto la ventaja de trece que el Barcelona le llegó a tomar al Madrid en la liga 2015/2016 y recordemos que, al momento de lesionarse, en la liga recién acabada, el Madrid iba líder con cuatro punto de ventaja sobre el Barcelona (acabó con tres). Barrunto, a riesgo de equivocarme, que si se hiciera una encuesta secreta entre los rivales del Madrid, todos ellos estarían encantados con la venta de Bale. Tiene la jodida manía de ser esencial en la mayoría de los momentos esenciales. Eso no lo pueden decir todos los jugadores del Madrid. Más bien, contados con los dedos de una mano. En forma y sano, muy pocos jugadores de la actual plantilla del Madrid le aguantan el tirón. Y los rivales lo saben. Tal vez la mejor alternativa no fuera venderle y sí cuidar, como oro en paño, su estado físico. Digo.
Tal vez la mejor alternativa no fuera venderle y sí cuidar, como oro en paño, su estado físico. Digo.
Tercer grupo. Básicamente formado por el binomio pipas y madridismo. Vayamos por partes. Se lesiona mucho. Cierto. Varane también se lesiona mucho. Vendamos a Varane. Modric tampoco se queda atrás. Dani Carvajal no va a la zaga. Incluso Benzemá.
No discutiré su tendencia a lesionarse. Si discutiré, con quien se tercie, que ese sea un motivo para su venta, sobre todo teniendo en cuenta el giro que se está produciendo en las gestiones de las plantillas. El primero en verlo y en ejecutarlo ha sido Zidane. Se acabaron los titularérrimos y los suplentérrimos. El Madrid jugó el pasado año exactamente 60 partidos oficiales (partidos de selecciones al margen). La razón de la extraordinaria temporada pasada está en una plantilla de 24 jugadores de alto o altísimo nivel utilizados de manera óptima por primera vez. Todo hace indicar que este año será más de lo mismo. En esas condiciones de rotación de jugadores, proteger a Bale de lesiones será mucho más fácil. Y que Bale, descansado, proteja a otros compañeros de otras lesiones, será, igualmente, más fácil. O podemos venderle y dejar que Isco se chupe 45 ó 50 partidos esperando que llegue al final de temporada en el estado de forma en el que ha llegado este año. Si es que llega sano, claro.
Tiene la jodida manía de ser esencial en la mayoría de los momentos esenciales.
No habla español. A Kroos yo no le he oído ni papa de español. Vendamos a Kroos. Es más vendamos con carácter retroactivo a Beckham y renunciemos a la liga de las remontadas.
No se integra ni se adapta. Esta afirmación viene de gente que no acierta ni una alienación y que nos quiere hacer creer que conoce los tejemanejes interiores del vestuario del Madrid. A todo esto, ¿integrarse y adaptarse en qué consiste? ¿Salir a ponerse ciego por los restaurantes de Madrid? ¿Irse a los multicines de La Vaguada a ver la última de Chuck Norris? ¿Irse de copas y que te saquen por la puerta de atrás del garito, a punto del coma etílico?, conozco un caso famosísimo. Si eso fuera integrarse, estoy de acuerdo: vendámoslo.
En esas condiciones de rotación de jugadores, proteger a Bale de lesiones será mucho más fácil.
Yo tengo otro concepto de lo que es integrarse. Pondré un ejemplo. Su rueda de prensa en el Open Media Day. Un compendio de educación, compañerismo, madurez y profesionalidad. Un ejemplo para cualquier profesional de cualquier actividad. Y todo ello ante una final que se iba a jugar en su casa, en su ciudad natal. En esos diez escasos minutos de rueda de prensa, Gareth Bale hizo más equipo y fue más compañero que bastantes de los que hablan un castellano inteligible y que conviven o han convivido con él en ese mismo vestuario. Alguno de esos, con etiqueta de leyenda. Y repito, Toni Kroos, tampoco habla ni papa de español. Y va por su tercer año. ¿Ustedes vieron cómo se retiró Toni Kroos la noche de la final? Parece ser que a ninguno de los dos le ha hecho mucha falta el dominio del español para haber captado la esencia de lo que significa ser y hacer equipo. Respecto a otros, tengo mis dudas. O no. ¿Queremos un tipo que haya captado perfectamente la esencia de ese escudo o un tipo al que le priven los fiestorros y se beba hasta el agua de los floreros? Eso sí, integradísimo y con abono en Las Ventas.
Kroos tampoco habla español. Vendamos a Kroos.
Tapa el progreso de otros jóvenes jugadores. Varane tapa el progreso de Nacho. Marcelo tapará el progreso de Theo. Casemiro el de Marcos Llorente. Y si vendemos al galés y traemos a Mbappé, ya no tendremos la BBC, tendremos la MBC o la BMC o la CMB. Y otra vez Isco al banquillo y Asensio a hacerle compañía. Así pues, vendamos a Marcelo, a Casemiro y a Varane y no fichemos a Mbappé. Ya no se tapará el progreso de nadie y serán titulares los que deban serlo. Otra cosa será cómo lleguen los jugadores a final de temporada. Dará igual porque todos estaremos muy contentos. Seremos como el Aleti.
Es un individualista. Vulgo chupón. Siguiendo el mismo criterio, es un calificativo que habría que aplicar a más de uno de esta misma plantilla. Es un argumento traído por los pelos, muy fácil de captar y de asimilar. Los datos dicen otra cosa. Por no aburrirles con muchos: media de pases buenos de Bale en la última liga, 24.26; Cristiano, 21.90 y Benzemá, 18,03. Los tres delanteros. No parece que sea el más chupón de los tres. Es más, ninguno de los tres me lo parece a día de hoy.
Bale tuvo la ocurrencia de hacer una jugada extraordinaria que trajo una Copa de Nuestro Rey a las vitrinas del estadio Santiago Bernabéu. Entonces un ex entrenador en franco camino a la decrepitud dijo aquello de que la jugada, a pesar de acabar en gol, había estado mal. E hizo fortuna. A partir de ahí, un famoso pope/gurú empezó a expandir la imagen de tipo insolidario que no entendía el juego (o no quería entenderlo), más pendiente de sus goles que del equipo. El bulo fue comprado y asimilado.
No defiende. Que en realidad quiere decir que es el que menos defiende de los tres delanteros, es decir, de todo el equipo. Es una mentira con las patas muy cortas. De hecho, si hubiera que achacar a algún jugador de los tres de arriba que no defiende, todos sabemos quién es. Y después están los datos y la cruda realidad. Media de balones recuperados en la última liga: Bale, 2.68; Cristiano, 1.14; Benzemá, 1.03. Jodidos y putos números, siempre dando por culo.
En contra de todos los argumentos anteriores, Gareth Bale tiene una extraña relación con el éxito. Era Florentino, antes de su llegada: una liga, una copa y una supercopa. Era Florentino, desde su fichaje: tres Champions, una liga, una copa, dos supercopas de Europa y dos mundiales de clubes. En menos tiempo. Ni siquiera el gran Cristiano tiene esa correlación con los títulos ganados por el Madrid. Ni siquiera sus extraños detractores (dizque madridistas, muchos de ellos) pueden negar su significativa influencia en varios de esos títulos.
Recapitulemos. Lista de ventas: Varane, Bale, Marcelo y Casemiro (como poco); planteables las ventas de Modric y Benzemá. Lista de compras (jugadores que no se lesionen ni corten la progresión de jóvenes jugadores), se me ocurren: Lopo, JuanKar, Parejo, Digné (se puede llegar a un acuerdo), N’Zonzi y Rubén Castro. Y a campeonar. ¡Ah! y no comprar a MBappé.
De todos modos, y vamos acabando, si no he logrado convencer a nadie, me rindo. Pongamos al bueno de Gareth en el escaparate y esperemos una oferta. Llegado aquí, me pregunto por su precio. Con esa tendencia a la lesión, con esa falta de espíritu defensivo y ese carácter egoísta e insolidario, ¿cuánto podemos pedir por él? ¿20 millones de euros? ¿15? ¿10?… No sabría decir. Llegan a mis oídos rumores de ofertas de más de cien millones de euros de algún archifamoso equipo de la Premier. He aquí la pregunta del millón: ¿para qué cojones querrá un archifamoso equipo de la Premier a un lesionetis, egoísta y vago, entregando, a cambio, más de cien millones de euros? ¿Se puede ser más imbécil?
¿Para qué cojones querrá un archifamoso equipo de la Premier a un lesionetis, egoísta y vago, entregando, a cambio, más de cien millones de euros?
Julio Pulido, perioantimadridista de profesión, dijo hace unos días que esperaba la venta de Bale por el bien del Madrid. Lo escuché en uno de esos podcast de Richard Dees. A punto estuvo de darme un tabardillo. ¿Julio Pulido preocupado por el futuro y el bien del Madrid? Era de noche y me entró la risa floja/histérica, desperté, sin querer, a mi mujer que casi me calza una par de hostias (y con razón). Qué se habrán creído los del Manchester Unai, que diría Manolete, ¿creerán saber más de fútbol que Julio Pulido? Inconscientes. ¡Ay, Dios mío!…¡Julio Pulido (pongan el nombre que quieran) deseando la venta de Bale por un futuro mejor para el Madrid! A veces veo cosas. He visto a Gaspart, abrazado a Risto, celebrando la Docena subido encima de uno de los leones de la Diosa Cibeles.
Ustedes verán, señores/as, o le damos más munición a los enemigos del club o dejamos de consumir compulsivamente el As de la Ouija y similares y nos ponemos manos a la obra: #BaleNoSeVende.
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