Me estaba imaginando a Cristiano secándose al aire en su casa y gritándole a Mendes por teléfono: ” ¡Quiero oírtelo decir! ¿Quién es mi hijo puta?”, y no acaba de encajarme. Mendes no parece Jerry Maguire. Más bien lo veo susurrándole a Cristiano un fado muy lento al oído, como una nana, mientras le brilla la pupila igual que a Transfer, el de Willy Fog. Cuando el representante es tan conocido como sus representados yo soy de los que empiezan a oír esa música sórdida del vecino de Jeb Gambardella, sin que por eso Mendes tenga que ser el vecino de Jeb Gambardella. En todo caso algo pasa con Mendes y no debe de ser exactamente lo que pasaba con Mary.
Mendes está de repente por todas partes. Yo lo encuentro, se me aparece, como si fuera Teo, el de los cuentos para niños: “Mendes en la nieve” o “Mendes se tira a la piscina”. Veo a Mendes como agente inmobiliario, Mendes como vendedor de coches. De peluquines. Mendes, Mendes. Mendes en un circo. Mendes en la tele: “El show de Mendes” en el que aparecen Pepe, Falcao… Y ahora Mourinho, otro nuevo personaje de este programa líder de audiencia. Mendes con todo esto está pareciendo más bien el superagente 86, y alguien debería decírselo quizá a Cristiano y por supuesto a Coentrao, nuestro dechado y nuestro maldito, respectivamente. Yo aquí me siento casi concernido. ¿Quién es Mendes en realidad? Pienso que hubo un tiempo en que tuvo su razón de ser y aún la tiene, pero en otros futbolistas.
Mendes se me aparece como si fuera Teo, el de los cuentos para niños
Claro que Cristiano parece haber visto a través de sus ojos toda la vida. Aquí habría que comprender a Cristiano. Y a Mendes. Pero está el Madrid de por medio. Es como si Mendes temiera que el Madrid le quitara su posesión más preciada, su existencia, su piedra filosofal. Su patrimonio. Por qué no su hijo. Pero esto hoy no funciona con el Madrid, que es una cosa grande y seria. A estas alturas teniendo al Madrid, su Madrid, a Cristiano no le hacen falta Mendes. A lo mejor Cristiano ya ha encontrado su casa y no necesita tutores para enfrentarse a la vida. A lo mejor eso ya pasó y puede que el Madrid sea demasiado para Mendes que a mí también me suena como un verbo mejicano, no me pregunten por qué: “¿Qué mendes, güey?. No más”.
A lo mejor Mendes ahora tiene que ser simplemente un gran amigo. A Florentino Pérez le preguntaron por el asunto en la radio el otro día y dijo que tenía que hablar con Cristiano. No más. Mendes no aparecía en esa conversación. Otra cosa es que se meta o que Cristiano lo meta. Ambas cosas son perfectamente comprensibles. Yo creo que Florentino Pérez es el mejor representante (incluso amigo, ¡o padre!) que sólo Cristiano, un lujo todo, se puede permitir.
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